Toda la comarca del Bajo Aragón siempre se ha caracterizado por ser muy participativa en lo que se refiere a las actividades a realizar en la semana santa.
En el pueblo de Híjar, por ejemplo, siempre ha sido muy popular el paso de los tambores de Semana Santa por las calles del pueblo.
La cosa ocurre así: todas las procesiones se inician en el llamado Monte del Calvario a las afueras del pueblo y terminan en la Iglesia donde se celebra una misa en conmemoración de la Virgen, como ocurre en Moratalla.
Los tambores y bombos van delante de la procesión deleitando a los devotos con composiciones que tienen muchos años de antigüedad y que son arregladas de cuando en cuando para darles un toque más moderno.
En los demás pueblos del Bajo Aragón sucede algo muy parecido. Todos celebran la Semana Santa con procesiones y orquestas y en estas últimas son característicos los tambores. Esto es conocido como la Ruta del Tambor y el bombo.
Desde Híjar, pasando por Calanda, la Puebla de Híjar, Alcañiz, Alcorisa, Samper, Urrea y Albalate, la tradición marca que la Semana Santa debe celebrarse al ritmo de los tambores.
Todos estos pueblos tienen sus propias tradiciones de Semana Santa que datan de muchos siglos atrás, algunos se remontan al siglo XVI, pero todos tienen en común las orquestas y bandas de música compuestas por instrumentos de percusión y viento.
Pertenecer a una banda de música constituye un orgullo para cualquier habitante de estos pueblos. Tanto es así, que la tradición muchas veces se pasa de padres a hijos y es algo normal que en una misma banda de música se encuentren el padre y el hijo tocando un instrumento.
Llama la atención el pueblo de Calanda que, además de ser famoso por sus melocotones, también lo es por sus tambores de semana santa. Los vecinos se unen en cofradías cuya creación se remonta en algunas hasta el siglo XVII para celebrar la Semana Santa y en ella es típica el acto que se conoce como la rompida de la hora, de fama internacional.
A las 12 de la mañana del Viernes Santo se reúnen en la plaza mayor del pueblo miles de tambores y bombos para anunciar la muerte de Jesucristo. El sonido resultante es increíble. La potencia de esos miles de Tambores y Bombos se deja oír en toda su plenitud en la plaza creando un acontecimiento imposible de describir. Hay que estar allí y vivirlo.
Todo comienza por un silencio total. En la plaza no se oye absolutamente nada. De repente, se escucha un mazazo a un bombo, honor que todos los años se encarga de hacer alguna celebridad invitada por el pueblo, y entonces toda la plaza comienza a tocar los tambores y bombos al unísono.
Pero esto no solo ocurre en Calanda. La rompida de la hora es típica de todos los pueblos del Bajo Aragón y en todos se cumple la tradición de la tamborrada. Después del obligatorio pregón de inicio de las fiestas, las bandas de música de todos estos pueblos inician recorrido por las calles tocando piezas especialmente compuestas para la ocasión.
Todos ellos se enorgullecen de sus bandas y orquestas e incluso compiten para ver cuál de ellos tiene la mejor. Hasta el momento, el municipio de Calanda es el más conocido, pero solo tienes que visitar cualquiera de los demás pueblos para ver que ninguno tiene nada que envidiar al primero en lo que se refiere a la procesión de sus tambores.
Pero Calanda sólo es uno de los miles de pueblos de España con esta tradición. Te mostramos tres ejemplos más aquí debajo:
Tambores de Semana Santa en Zamora
Tambores de Semana Santa en Moratalla
Tambores de Semana Santa en Sevilla.